LLUVIA DE DENUNCIAS
Y ACUSACIONES
La denuncia al productor Harvey Weinstein de presuntos (y digo presuntos porque no ha habido juicio y sin sentencia firme no puedo acusar a nadie) acosos sexuales ha motivado su acelerada caída y un espectacular efecto dominó en todo el mundo.
Han llovido acusaciones no sólo en Hollywood, también en España y demás países con cinematografía propia. Por prudencia no voy a dar nombres. No soy quien para juzgar a nadie y voy a dejar que la justicia cumpla su cometido.
Es una historia vieja como el mismo cine y no sólo de la industria fílmica, ha existido en todas las profesiones desde que la raza humana apareció sobre la faz de la tierra.
Ha habido productores o directores exigiendo favores sexuales a cambio de una oportunidad, actrices y también actores acosados. No todos son heteros, también los hay homosexuales. El acoso es siempre el mismo.
También hay individuos que creen que nuestras actrices son mujeres fáciles o prostitutas que se acuestan con el primero que ven y no es así. También hay otros acosos y vejaciones. Productores y directores chantajistas o estafadores, pero aquí no vamos hablar de ellos sino de los acosadores sexuales, de los falsos donjuanes incapaces de atraer a nadie.
Acostarse con alguien para conseguir un papel no te hace triunfar. Te hace triunfar el talento, lo que vales. Si alguien no tiene talento a la hora de la verdad se estrella. Si no es apto o apta para el oficio por mucho que se encama nada consigue salvo hacer el ridículo y hacer perder el tiempo a los verdaderos profesionales.
Creer lo contrario es autoengañarse.