Río Grande (1950)

“RÍO GRANDE”
(JOHN FORD, 1950)

Antes de su partida, nuestro amigo y colaborador Narcís Ribot nos dejó este texto que quedó inédito por diversos motivos. Ahora que hemos recuperado el blog lo publicamos con todo nuestro cariño.
Salvador Sáinz

—“¿Tengo el privilegio de hablar, señor… o no?”

“Dentro de las estrictas limitaciones del decoro”

“No pedí ser enviado a este regimiento, señor, pero ya que estoy aquí, no quisiera estar en otro … salvo por una cosa”

“¿Y cual es esa cosa?” —

— “Que pueda caber en su mente la más ligera idea de que viniera a este regimiento para llamarle alguna vez PADRE, señor”

Relato “Mission With No Record” (“Misión inexistente”, 1947), de James Warner Bellah

En diversas ocasiones ha sucedido que un director ha realizado una película para poder filmar más adelante otro proyecto con mayor interés para él. Así pasó con John Ford a principios de los 50: tenía en mente ya “The Quiet Man” (“El hombre tranquilo”, 1952), una de sus obras maestras además de ser una de las películas más importantes de la historia del cine. La productora Republic le exigió realizar primero un western, género muy popular por aquel entonces, con ganancia segura en taquilla para parar el golpe de la pérdida económica anunciada ya de “El hombre tranquilo” que vendría a continuación. Esto era lo pensado por Herbert John Yates, fundador y magnate de Republic. Pero no sucedió así sino todo lo contrario. “El hombre tranquilo” ganó el triple de su inversión y fue un éxito artístico. Pero antes Ford tuvo que enfrentarse con la realización de “Rio Grande” (“Río Grande”, 1950) sobre la cual se mostraba en principio bastante reticente pero después se lo tomó con total seriedad — al fin y al cabo era un gran profesional — y la película de “circunstancias” se convirtió en un clásico, con muchos valores típicamente “fordianos”, con muy buena respuesta comercial y se constituyó como el tercer capítulo de la llamada (por críticos y estudiosos, no por Ford) “La Trilogía de la Caballería” junto con “Fort Apache” (“Fort Apache”, 1948) y “She Wore a Yellow Ribbon” (“La legión invencible”, 1949) y así quedó (1). En “Dos cabalgan juntos” (1961), “Misión de audaces” (1959), “El sargento negro” (1960) y “El gran combate” (1964) también la caballería desempeña un rol esencial.

Hablé años ha de “Fort Apache” y hace unos meses llevé a este apartado “La legión invencible”. Ahora quisiera hablar de “Río Grande” para cerrar el tríptico. Las tres fueron producidas por Argosy Pictures (productora de Merian C. Cooper y John Ford), apoyándose en R. K. O. Para “Fort Apache” y “La legión invencible” y en Republic para “Río Grande” (al igual que para ”El hombre tranquilo”).
Comentamos también las diferencias entre el texto literario del escritor James Warner Bellah y la resolución fílmica del celuloide fordiano. El realizador tomaba el relato solo como punto de partida o bien respetaba el esqueleto sustentador y cambiaba (narrativa e ideológicamente) la mayoría del tejido, órganos y vísceras.
Warner Bellah publicó en 1947 “Massacre” (“Masacre”) que inspiró “FORT APACHE” (1948); “Command” (“Comando”, 1946), “Big Hunt” (“La gran cacería, 1947) y “War Party” (“Partida de guerra”, 1948), junto con una obra teatral, fueron los soportes de “LA LEGIÓN INVENCIBLE” (1949) y “Mission With No Record” (“Misión inexistente”, 1947) lo fue de “RÍO GRANDE” (1950). Frank S. Nugent fue el guionista de “Fort Apache”, el mismo Nugent junto con Lurence Stallings transmutaron/fundieron los relatos de Bellah para “La legión invencible” y James Kevin McGuinness adaptó “Misión inexistente” para “Río Grande” (2).

El marco donde se desarrollan las historias de la trilogía es el de las “guerras indias” (diferentes tribus enfrentadas a la Caballería), el lugar será “Ford Starke” y sus alrededores (siempre que pueda Ford rodará en los parajes naturales de Monument Valley) y la cronología coincide tras la matanza de Little Big Horn de Custer y su regimiento ya sea reciente (“La legión invencible”), haya pasado algún tiempo (“Fort Apache”) o varios años (“Río Grande”).
Si en “Fort Apache” se entra directamente en la injusticia de serles robadas las tierras a los pieles rojas en la figura del egocéntrico teniente coronel Owen Thursday (Henry Fonda) — calco perfecto del general George Armstrong Custer — ante el prudente y reflexivo capitán Kirby York (John Wayne) y en “La legión invencible” la idea por parte de Nathan Brittles (John Wayne) y del anciano jefe indio es evitar la guerra a toda costa (pacifismo), en “Río Grande” se trata del rescate de unos niños raptados por los indios refugiados en México tras pasar la frontera marcada por el cauce de Río Grande, cruzado por los rescatadores de forma ilegal (de ahí el título de la historia: “Mission With No Reccord”/”Misión inexistente”) con peligro de incurrir en un incidente diplomático entre Estados Unidos y México. El general Sheridan autoriza la misión pero si algo sale mal nadie — ni del gobierno ni de los altos cargos del ejército — se hará responsable. La historia está basada en un hecho real de 1873: el coronel Ranald Sildell Mackenzie (1840- 1889) — después ascendió a general — ya destacado en la Guerra de Secesión (el general, y futuro presidente, Ulysses S. Grant le consideraba “su oficial más prometedor”) cruzó la frontera en Río Grande y tuvo éxito al rescatar a un grupo de mujeres y niños secuestrados por los indios (“Una trompeta lejana”, la última película de Raoul Walsh, 1964, tiene el mismo arranque) en una misión secreta y muy delicada (no deteriorar las relaciones diplomáticas con México). El relato de James Warner Bellah se apoya en este hecho histórico: el coronel Massarene recibe la orden, la “Misión inexistente”, del verídico general Philip Henry Sheridan (le dirá que él mismo y el presidente Grant asumen la responsabilidad pero no hay nada escrito, nada oficial), uno de los héroes de la Guerra Civil, y trabará combate con los apaches logrando rescatar a los prisioneros aunque el tema más importante no sea la operación militar sino el reencuentro entre Massarene y su hijo, alistado de soldado raso en la Caballería, después de haber sido obligado a dejar West Point al suspender los exámenes de matemáticas. La esposa de Massarene está separada por varias razones de su marido: pertenecía a una rica y hacendosa familia del sur, no soportó la “devoción- vocación” militar de su esposo y menos pertenecer al ejército enemigo en la Guerra Civil. En medio de la batalla contra los pieles rojas raptores padre e hijo se reconciliarán. El verdadero Mackenzie (es citado en el relato de Bellah) es D. L. Massarene en la historia literaria y, a su vez, equivale al teniente coronel Kirby York (John Wayne) en la película “Río Grande”. Kirby York aparecía en “Fort Apache” (el mismo Wayne) como comedido capitán el cual ha de aguantar las humillaciones y los insultos del teniente coronel Thursday para finalmente intentar salvar su vida y hacerle pasar como héroe en posteriores declaraciones. Puede ser el mismo personaje, ascendido de graduación y con unos años de más (la interpretación de Wayne es formidable), aunque en algunas traducciones le añaden una “e” a su apellido: Kirby Yorke. Otro que repite es Victor McLaglen como el sargento mayor Thimothy Quincannon tanto en “La legión invencible” como en “Río Grande”: es un hombre corpulento, bonachón, paternalista, gran aficionado al whisky, con gran espíritu de compañerismo y siempre dispuesto a ayudar a los reclutas aunque les grite y les exija mucho en el cumplimiento de sus obligaciones y en la instrucción (recordemos que el capitán Nathan Cutting Brittles le hace arrestar por borrachín y pendenciero al final de “La legión invencible” para, de esta forma, evitarle la anunciada batalla contra los indios con la posibilidad de perder la vida). En “Río Grande” es mal visto por Kathleen Yorke (Mauren O’Hara, excelente, repitiendo pareja con Wayne en la futura “El hombre tranquilo” y en “Escrito bajo el sol”) por ser quien incendió sus posesiones en el sur (cuando avance la reconciliación con su marido este le dirá: “No le culpes, seguía órdenes mías”). En “Fort Apache” aparecía un sargento Quincannon interpretado por Dick Foran mientras Victor McLaglen encarnaba al sargento Mulcahy de parecidas características: predomina el humor, la borrachera y la fidelidad al ejército.
Río Grande” se bifurca en dos grandes temas: 1) el rescate de los infantes raptados y 2) la reconstrucción de una familia destruida. Es la película de la trilogía donde el guión se acerca más al original literario. Warner Bellah mostrará — como siempre — unos indios salvajes, crueles (también impersonales) y feroces en el combate, el enemigo a batir por la Caballería y Ford aquí no toca ni sugiere el tema de su defensa sino que se centra en la bifurcación citada. Si Ford solamente hubiera filmado “Río Grande” no podríamos decir que fuera un gran defensor de las tribus indias (ni probablemente los cheyenes le hubieran considerado un invitado de honor ni le hubieran llamado “Padre Blanco”), pero si los muestra más humanos (el grupo de apaches prisioneros atados como animales al principio del film a la par de indicarnos que la brutalidad no estaba solo en un bando) mientras la Caballería rompe todos los reglamentos y ordenanzas para realizar una peligrosa misión de rescate con muchas posibilidades de fracaso y de formar un incidente diplomático de graves consecuencias entre Estados Unidos y México. Quien dará la orden “no escrita” es el general Philip Sheridan (John Carrol Naish a quien recuerdo como general Antonio López de Santana en “The Last Command”/“La última orden”, 1955, de Frank Lloyd) el cual tiene una gran amistad con el teniente coronel Kirby York. Veamos algunos diálogos: (ante la queja de York de no poder perseguir a los apaches al atravesar Río Grande) SHERIDAN: “Eso es política, depende de los políticos, los soldados no la hacen y nosotros somos soldados …”, después el general le ordena (en voz baja) atravesar Río Grande de forma ilegal y a escondidas contraviniendo las órdenes del Gobierno. SHERIDAN: “Una vez sacrifiqué su felicidad matrimonial por el Ejército. Ahora quizás arruinaré su carrera en el Ejército” (la felicidad sacrificada: fue Sheridan quien ordenó a York incendiar las posesiones de Kathleen, su esposa, y este lo delegó en Quincannon; soldados que cumplen órdenes, que rompen un matrimonio y hay separación a tres bandas: marido- mujer- hijo, aunque este permanezca siempre más cerca de ella). Así vemos un conflicto entre políticos y militares, Sheridan y York cumplen órdenes, son soldados pero se las saltarán porqué ante todo son humanos (anteponen el rescate/ la salvación de los niños) y, aunque pesimistas en muchos momentos, también son románticos en una historia totalmente romántica, quizás la más de la trilogía. En mi infancia al visionar por vez primera “Río Grande” no me gustó mucho. Encontraba a faltar la acción y la épica de “Fort Apache” (la vi primero, finalmente pude descubrir “La legión invencible” en la Filmoteca antes de aparecer en Vídeo y después en DVD) además de la defensa de los apaches. Me pareció que Ford alargaba demasiado las escenas íntimas y románticas — este era su principal interés aunque las secuencias de la batalla final para el rescate son igualmente antológicas —, que las canciones de aquella especie de tuna (en honor de la llegada de Kathleen, esposa del teniente coronel y madre de un recluta del regimiento) eran demasiado extensas y consideré, siguiendo y coincidiendo con algunos comentarios, que “Río Grande” era el hermano pobre de la trilogía (el presupuesto era menor que el de “Fort Apache” y “La legión invencible”) con algunos momentos bien conseguidos y nada más. Más adelante me di cuenta que estaba muy equivocado y ello debió también producirse en otras personas: hoy, en algunos comentarios/críticas proclaman a “Río Grande” como el preferido del trío.
La diferencia entre el relato de Bellah y la película de Ford reside en varios puntos.
— El más importante es la llegada a Fort Starke de Kathleen York para convencer a su hijo que deje el ejército, después de 15 años de separación volverá a relacionarse con su esposo mientras en el libro se habla de la separación pero Kathleen solo es un punto de referencia y no interviene en la trama (para Bellah lo principal es la reconciliación padre- hijo, para Ford es la reconstrucción del matrimonio Kirby- Kathleen aunque sin descuidar el choque/la relación rehabilitada al final padre- hijo /teniente coronel- recluta): un matrimonio hundido por las llamas de la Guerra Civil, un sacrificio dentro de la vida militar, un amor/una familia hundido/a que se rehace… temas eminentemente fordianos y algunos valores también propios de Ford (otros lo estarán en diversos títulos) —
— Desaparecen en “Río Grande” los tenientes Flintridge Cohill y D’Arcy Topliff de importancia dentro del relato. Cohill es quien narra la historia “Command”, uno de los cuentos- bases de “La legión invencible”, en “Masacre”, punto de partida para “Fort Apache” y en el literario “Misión inexistente”, base de “Río Grande”, Topliff observa la relación del coronel Massarene y su hijo. El personaje de F. Cohill solo aparecerá cinematográficamente en “La legión invencible”, interpretado por John Agar, como uno de los pretendientes de Olivia —
— En el libro el responsable del regimiento está más obsesionado en el cumplimiento de las órdenes, en el film el amor hacia su hijo — creía ya perdido — y la ternura vencen y superan las ordenanzas militares —
— En la película se reduce/simplifica la exposición sobre la táctica de Massarene (entradas y salidas, marchas- contramarchas para ocultar, al menos en un principio, el verdadero propósito de la misión) en la operación de rescate —
Quince años separados, quince años que Kirby no ve a su hijo, casi no le conoce. Cuando llega al campamento hay frialdad entre ellos. Esgrimen un frío tratamiento militar, esquivando el parentesco. Tomemos el ejemplo de la secuencia en donde hay una pelea entre dos reclutas: el soldado Jefferson York (Claude Jarman Jr.) y un colega el cual le acusa de “enchufismo” por ser hijo del teniente coronel, además de llamar “bobo” al sargento Quincannon. Kirby irrumpe en la pelea, ve a su hijo, pregunta que pasa (“Una pelea de soldados”, respuesta de Quincannon) y se aleja diciendo “Que continúe la pelea” (momentos después los dos contendientes se reconciliarán y se abrazarán). Solo al final, tras atravesar Río Grande, habrá reconciliación padre- hijo, antes la ha habido esposo- esposa, cuando Kirby es herido por una flecha (le pedirá a su vástago que le arranque la saeta) y su hijo acaba con éxito la misión: en un pueblo mexicano abandonado los indios habían escondido a los niños en la iglesia y allí irrumpe Jefferson con algunos compañeros y los rescata gracias a la llegada del grueso de la columna (no falta la escena humorística como la de Jefferson, al entrar en la sacristía, golpeado con una campanilla empuñada por una niña, “Perdona, Jeff, te había tomado por un indio”).
El proceso de reconciliación con Kathleen — punto neurálgico en el film — es de un gran lirismo: la banda del regimiento tocando el himno de la Confederación en honor de la esposa de Kirby, la cena de los esposos, casi reconciliados (con Sheridan), cuando Kathleen brinda con estas palabras: “Por mi única rival en el amor: la Caballería de los Estados Unidos” y la conversación madre-hijo sobre Kirby: JEFF: “¿Qué clase de hombre es, mamá?”, KATHLEEN: “Es un hombre muy solitario, un hombre muy solitario”, JEFF: “Dicen que es un gran soldado”, KATHLEEN: “Supongo que si. Pero lo que le hace grande, le hace detestable para mi”.
El guionista irlandés James Kevin McGuinness (1893- 1950) actuó como productor (en ocasiones) y guionista. Se contabilizan 36 películas escritas por él, algún film mudo de Ford y algún otro en tiempo de paso al sonoro. Para otros realizadores recordemos “Viva Villa!” (dirigida por Jack Conway, Howard Hawks y William A. Wellman en 1934) y “Una noche en la ópera” (Sam Wood, 1935), de los hermanos Marx. Era un guionista bastante hábil y con prestigio, con ideas más que conservadoras. Falleció de un infarto un mes después de estrenarse “Río Grande”. La fotografía en blanco/negro de Bert Glennon es muy bella, especialmente en los claroscuros de ribetes expresionistas. Archie Stout fue director de la 2ª unidad el cual se centraría en las secuencias de acción. Había sido el fotógrafo principal de “Fort Apache” (William Clothier en la 2ª. unidad) con excelentes resultados pero para “Río Grande” Ford quería a Glennon para la fotografía principal en combinación con Stout. La música de Victor Young es muy bella, al igual que las baladas irlandesas (una de ellas sirve de nexo unitivo del matrimonio recuperado) formando un aura poética que subraya los momentos melancólicos, camaraderías de barracón, las mujeres y niños acercándose a los jinetes entrantes en el fuerte y la espesa profusión lírica en una película de gran intensidad romántica.
Entre muchas secuencias destacables recordemos los picados/contrapicados cuando se acrecienta la intimidad y la muestra de cariño padre- hijo, el plano general picado formado por los componentes de la columna alrededor de Kirby herido y otra muestra del campo/contracampo cuando los esposos separados se ven por primera vez después de quince años, la llegada de los jinetes al fuerte saliendo del ángulo inferior izquierdo hasta llegar al centro de la pantalla, las tranquilas aguas de “Río Grande” fluyendo hacia delante al iniciarse el film, etc.

Narcís Ribot i Trafí

-1)- “Jinetes en el cielo”, de Eduardo Torres- Dulce. Notorius Ediciones (2011). Muy recomendable estudio de la “trilogía de la Caballería”.
-2)- “Un tronar de tambores y otros relatos de la Caballería americana”. Relatos de James Warner Bellah que inspiraron la “trilogía” fordiana. Editorial Valdemar (colección “Frontera”).

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