Trilogía de la caballería en Blu-Ray

JOHN FORD,
POETA DEL OESTE

A la memoria de mi eterno compañero Narcís Ribot

En el llamado Cine del Oeste (o Western, anglicismo que no vamos a usar aquí) hubieron dos grandes poetas fílmicos. Uno es John Ford (1 de febrero de 1894-31 de agosto de 1973) y otro es Sam Peckinpah (Fresno, California; 21 de febrero de 1925 – Inglewood, California; 28 de diciembre de 1984). El género tiene otros maestros como Howard Hawks, Budd Boetticher, Clint Eastwood, Anthony Mann que son la prosa con grandes obras por todos admiradas. Pero no son poesía como los casos aquí citados.
La aparición de este pack en Blu-Ray de la llamada trilogía de la caballería ha motivado la redacción de este antológico escrito. La trilogía del gran John Ford sobre la vida militar en esos fuertes de madera en lucha contra sus eternos enemigos, los nativos americanos, llamados vulgarmente indios, términos que actualmente no se usa por considerarlo ofensivo para estas tribus que en su día fueron exterminadas por los blancos anglosajones.
Pero vayamos por partes y contemos esta historia desde su principio. Hollywood nos ha mentido repetidas veces sobre ese tema. Hollywood y la historia estadounidense. Quieren hacernos creer que cuando llegaron los colonos al Salvaje Oeste, las tribus jamás habían visto al hombre blanco pero desde 1821 había pertenecido a México. Tras la Guerra con Estados Unidos (1846-1848) la soberanía cayó en manos de la nueva república que se expandió hasta el Oeste,
Los pieles rojas vivían tranquilos hasta entonces, pero los anglosajones les arrebataron sus territorios, los desplazaron y las tribus indígenas hicieron lo mismo que los españoles cuando fuimos invadidos por romanos, sarracenos o franceses napoleónicos: defenderse.

La primera película (y mejor) de la trilogía es Fort Apache (1948) con John Wayne, Henry Fonda, Shirley Temple, Pedro Armendáriz, Victor McLaglen, Ward Bond y Miguel Inclán como Cochise. En la versión española los apaches hablan un extraño idioma inventado, pero en la original inglesa se expresan en un español perfecto. No debemos olvidar que el Oeste americano fue en su día español, que durante trescientos años, los indígenas eran compatriotas nuestros.
Los nativos eran tribus protegidas durante el virreinato español pero con los Estados Unidos lo perdieron todo. Igualmente los habitantes mexicanos o españoles vieron como sus tierras y sus haciendas les eran arrebatadas quedándose en la ruina más absoluta, exterminados como pueblo y perseguidos por su identidad racial.
Los apaches y otras tribus iniciaron las llamadas guerras apaches para expulsar a los anglosajones de su territorio. Asaltaban granjas, haciendas, caravanas, diligencias, trenes y asesinaban hombres, mujeres y niños. Ante tal disyuntiva los gobiernos de Canadá y Estados Unidos eliminaron ese obstáculo para crear su nación, la llamada tierra de la oportunidad y la libertad.

Ford hace recaer las culpas de la guerra apache a un delegado del Gobierno, al que todos deben respetar, un «hombre malo» según Cochise, sobre el cual recaen todas las felonías como vender whisky malo y armas a los nativos. El Teniente Coronel Owen Thursday (espléndido Henry Fonda en su mejor villano, muy superior al de Hasta llegó su hora de Sergio Leone) es asimismo responsable de los trágicos acontecimientos que transcurren en la película. Un hombre arrogante, antipático y clasista que desprecia a los apaches por considerarlos salvajes e inferiores.
Por contra tenemos los personajes más agradables de esta cinta: la deliciosa Shirley Temple, John Wayne, Ward Bond, Pedro Armendáriz, el cascarrabias Victor McLaglen, la sal de esta entrañable aventura del Oeste. No podemos olvidar al insigne Miguel Inclán, gloria del cine mexicano que hemos visto en películas de Emilio Fernández y Luis Buñuel componiendo un digno Cochise, un apache noble y valeroso a la par que justo.
Un año después se estrena La legión invencible (1949) con nuevos personajes regresando John Wayne y Victor McLaglen al frente del reparto. La chica es Joanne Dru, una joven que vive en el fuerte y que es pretendida por dos apasionados galanes. La trama gira alrededor de un militar viudo (John Wayne)  a punto de jubilarse. La parte cómica la lleva Victor McLaglen, excepcional secundario muy habitual en el cine fordiano.
La trama de los nativos no es tan explícita como en la anterior cinta.Vemos sus fechorías y son el enemigo a batir. Según el guión son chicos jóvenes ávidos de violencia.
Con una impresionante fotografía en color, toda la atmósfera fordiana está presente. Otras películas de Ford me han gustado más que la presente trilogía pero esto no quita su encanto.

El tercer y último jalón de la trilogía es Río Grande (1950) de nuevo con John Wayne y Victor McLaglen, al que se añade la impagable presencia de Maureen O’Hara.
Los nativos vuelven a ser los clásicos antagonistas. Unos seres violentos y malvados  que asaltan granjas y asesinan granjeros siendo hombres, mujeres o niños. Ese es el motivo por el cual se ha odiado tanto a dichas tribus.
La trama gira alrededor de diversos problemas familiares, una pareja  que ha vivido distanciada muchos años y un joven que desea convertise en un hombre adulto.
La trilogía es un canto a la vida castrense en una época dura y complicada. Un cine que en su día fue muy criticado y posteriormente reivindicado. Los héroes de la patria de la que los estadounidenses se sienten orgullosos. Todo ello narrado con humor y una excelente poesía visual. Un cine entrañable que te llega al alma de todo buen cinéfilo que se precie.

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