EN ESPAÑA SE ESTRENA
EL 23  DE  JUNIO

La película de moda, no exenta de polémica, se ha estrenado en casi todo el mundo menos en España por un extraño retraso de tres semanas que no sabemos a santo de qué viene.
La polémica es más de tipo racial que política. Su protagonista es Gal Gadot, ex Miss Israel, que hizo el servicio militar (abolido en España y otros países) en su país donde también van las mujeres y es sabido que la política de su Estado belicista ha causado genocidios en países como el Líbano y Palestina.
En cierto modo comprendo la irritación pero ¿tiene Gal Gadot culpa por haber nacido en Israel? Nacer en un territorio es siempre un hecho accidental. ¿Tiene culpa la actriz de las leyes de su país y de que la hayan obligado a enrolarse determinado tiempo en el ejército adonde fue por obligación y nunca por devoción?
Que el ejército haya cometido crímenes es cierto pero los reclutas forzosos nunca son responsables. Recordemos el final de Alexander Nevsky (1938) de Sergei M. Eisenstein. El príncipe ruso tras derrotar a los teutones los captura y los juzga. Castigó a los inductores y a sus jefes, pero perdonó a los soldados rasos porque «fueron obligados a venir y no tienen culpa de nada«, devolviéndolos a su país.
Quién va a la fuerza no es responsable de nada.
Pasando a otro tema, Gal Gadot fue criticada y rechazada porque su cuerpo es demasiado frágil y delgado para protagonizar la película cuyo papel principal requiere una figura más rotunda, como Lynda Carter por ejemplo. Personalmente no me gustan figuras tan anoréxicas pero una mujer (o un hombre) no puede ser valorado por su naturaleza. Gal se ha esforzado mucho en moldear su figura con duros entrenamientos y en la película luce perfectamente.
Ya se ha anunciado el rodaje de su secuela bajo la dirección de Patty Kenkis, las críticas son positivas y el público responde bien pero hasta que no veamos la película no la valoraremos. Normas de la casa.

Gal Gadot, Patty Jenkins y Lynda Carter