CONTROVERTIDO VERHOEVEN
BENEDETTA. Título original: Benedetta. Año: 2021. País: Francia. Dirección: Paul Verhoeven. Reparto: Virginie Efira (Benedetta), Charlotte Rampling (Hermana Felicita – abadesa), Daphne Patakia (Bartolomea), Lambert Wilson (El nuncio), Olivier Rabourdin (Alfonso Cecchi), Louise Chevillotte (Christina), Hervé Pierre (Paolo Ricordati), Clotilde Courau (Midea Carlini), David Clavel (Giuliano Carlini), Guilaine Londez (Hermana Jacopa), Gaëlle Jeantet (Hermana Petra), Justine Bachelet (Hermana Juliana), Lauriane Riquet (Hermana Rosanna), Elena Plonka (Benedetta niña), Héloïse Bresc (Christina niña), Jonathan Couzinié (Jesús). Guion: David Birke, Paul Verhoeven. Libro: Judith C. Brown. Música: Anne Dudley. Fotografía: Jeanne Lapoirie. Duración: 131 minutos. Coproducción Francia – Bélgica – Países Bajos (Holanda); SBS Productions, Pathé, France 2 Cinema, France 3 Cinéma, Topkapi Films, Belga Productions
Paul Verhoeven (Ámsterdam; 14 de febrero de 1938) vive una segunda etapa europea tras sus años hollywoodenses en donde nos ofreció obras maestras como Robocop e Instinto básico, aunque yo prefiero su denostada Showgirls, recibida con indignación por la crítica estadounidense. Tal vez Verhoevven continúa siendo europeo pese a todo y alejado del puritanismo calvinista vuelve a recuperar su brío de antaño.
Uno de los mejores erotómanos del Séptimo Arte con El libro negro (2006), rodada en su natal Holanda, recupera su carácter mordaz de sus inicios. Benedetta (2021) ha puesto un nuevo escándalo. Escenas irreverentes con lesbianismo y visiones libidinosas y blasfemas ambientadas en un convento de monjas del medievo.
Virginie Efira se luce con su personaje de monja visionaria de falsa santidad. Retrata la hipocresía de la religión católica que organiza conventos para gente rica en donde los pobres no tienen cabida.
Una iglesia que impone su fe con torturas y hogueras, que castiga y persigue el placer sexual. Me parece bien que se retrate y se critique tanta mentira pero no estaría mal denunciar la mentira de las demás religiones igualmente contradictorias.
Benedetta no defrauda de ningún modo a los seguidores del cineasta holandés aunque en los ultimos años haya ralentizado su producción. Es más dificil encontrar financiación en el Viejo Continente pero se disfruta de mayor libertad.
El cine de Verhoeven respira libertad por los cuatro costados en una época de férrea represión. En otra época era la iglesia, el Código Hays, las ligas puritanas y en España el franquismo quienes censuraban las escenas osadas, ahora son los falsos progresistas, el falso feminismo de corto entendimiento que se molesta por todo, que ve agresiones machistas donde no las hay.
Gente que persigue a personajes tan inocentes como Lola Bunny (la novia de Bugs Bunny) o la mofeta Pepe Le Pew con acusaciones absurdas, que obligan a Laa Croft a llevar pantalón largo. Inquisidores de un progresismo abstracto que nadie entiende.
Actitudes de una gente que ha perdido el Norte y no sabe adonde va. Desconcierto de gente que todo lo confunde.
Por eso, Benedetta respira libertad y desinhibición. Virtudes extrañas en el mundo actual y suponen un oasis en medio de tanta opresión incontrolada.