Cine e Historia 16: Handia

GIGANTE DE ALZO,
GUERRA CARLISTA Y LA FRESCONA

Aitor Arregi y Jon Garaño

HANDIA. T.O.: Handia (Aundiya). España, 2017. Directores: Jon Garaño, Aitor Arregi. Reparto: Ramón Agirre (Antonio Eleizegi), Iñigo Aranburu (Arzadun), Iñigo Azpitarte (Fernando), Aia Kruse (Maria), Eneko Sagardoy (Miguel Joaquin Eleizegi), Joseba Usabiaga (Martin Eleizegi), Naima Barroso (Isabel II de España). Guion: Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga, Andoni de Carlos. Música: Pascal Gaigne. Fotografía: Javier Aguirre. Irusoin / Kowalski Films / Moriarti Produkzioak. 114 minutos. Siglo XIX, Guerra Carlista, Biografía.
Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Guipúzcoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal. Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia. Una historia inspirada en hechos reales.

Joseba Usabiaga

Cuando he visto en Netflix el anuncio de una película que ha ganado 10 premios Goya, rodada en euskera y que goza de buenas críticas ya empecé a temblar. Me imaginaba una producción engreída y pedante, pero nada más lejos de la realidad. Nos encontramos ante un drama sólido con actores desconocidos pero competentes. Un argumento interesante y una buena ambientación histórica. El siglo XIX, la primera guerra carlista, el gigante de Alzo, la reina Isabel II en su adolescencia. Todo ello bien servido con respeto y rigor.
Miguel Joaquín Eleizegui Arteaga, más conocido por el sobrenombre del Gigante de Alzo (1818-1861), fue una figura escénica que adquirió relevancia por exhibirse debido a su gran estatura. Padecía la enfermedad de gigantismo (acromegalia) lo que le hizo crecer indefinidamente hasta su muerte. Llegó a medir 2,42 m de altura y 2,42 m de envergadura, llegó a pesar 212 kilogramos y sus zapatos median 42 centímetros.
Las guerras carlistas fueron una serie de guerras civiles entre españoles que tuvieron lugar a lo largo del siglo XIX. La primera fue porque al morir el rey Fernando VII nombró heredera a su hija Isabel II provocando un levantamiento de su tío Carlos (hermano del rey fallecido) que pretendía el trono porque era un hombre y la heredera una mujer que no tenía derecho al trono por su condición femenina.
Si la guerra civil del siglo XX todavía causa resentimientos, las carlistas han caído en el olvido. En ellas se enfrentaron las dos Españas. La isabelina era más moderna y liberal, la carlista más conservadora, más religiosa.

Naima Barroso

Isabel II de España, llamada «la de los Tristes Destinos» o «la Reina Castiza» (Madrid, 10 de octubre de 1830-París, 9 de abril de 1904), fue reina de España entre 1833 y 1868, gracias a la derogación del Reglamento de sucesión de 1713. Como otros ejemplos de su dinastía  era muy aficionada a las aventuras sexuales pero al ser mujer estaba entonces muy mal visto.
Nada que ver con la brillante Isabel I de España, la reina católica, porque su gobierno fue a la deriva y acabó exiliada.
En Handia la vemos adolescente en una secuencia curiosa. Al visionar la versión doblada al castellano se pierden ciertos giros argumentales. El gigante apenas sabe castellano y no se entera de nada de lo que le dicen los españoles. La reina se queda perpleja cuando le habla y no la entiende. Le exige verle completamente desnudo provocando tal estupor por sus exigencias

Handia (una palabra en euskera que quiere decir grande) nos trae recuerdos de las películas de Tod Browning o David Lynch sobre los llamados fenómenos de feria. Un gigante por enfermedad que tiene que tiene que vivir como un fenómeno de la naturaleza, un ser marginado que hace su fortuna precisamente por este revés de la madre naturaleza que lo ha convertido en un ser que provoca curiosidad.
Esa anomalía física le priva de su felicidad, de llevar una vida normal. La miseria le viene dada por la guerra carlista que arruinó España en el siglo XIX y no tiene otra opción que la de exhibirse en teatros y ferias.
La película es dura en este aspecto. Una guerra absurda para sentar en el trono a una niñata maleducada que fue incapaz de modernizar el país que le dio la corona.
Este título es entrañable. Tal vez le falte ritmo, fuerza, pero es muy conmovedora. Un retrato de la marginación dorada, de unos fenómenos que se enriquecieron brevemente por su anomalía y que explotaban la curiosidad malsana del público internacional.
En fin, Handia es muy agradable de ver.

Eneko Sagardoy, mejor actor revelación en la gala de los Goya 2018.

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