Ninotchka (1939)

GARBO RÍE

NINOTCHKA. Título original: Ninotchka. Año: 1939. País: Estados Unidos. Dirección: Ernst Lubitsch. Reparto: Greta Garbo (Nina Ivanovna «Ninotchka» Yakushova), Melvyn Douglas (Leon), Ina Claire (Swana), Bela Lugosi (Razinin), Sig Ruman (Iranoff), Felix Bressart (Buljanoff), Alexander Granach (Kopalski), Gregory Gaye (Rakonin), Rolfe Sedan (Hotel Manager), Edwin Maxwell (Mercier), Richard Carle (Gaston). Guion: Charles Brackett, Billy Wilder, Walter Reisch. Historia: Melchior Lengyel. Música: Werner R. Heymann. Fotografía: William H. Daniels (B&W). Duración: 110 minutos. Metro-Goldwyn-Mayer (MGM).

Greta Lovisa Gustafsson, conocida por su nombre artístico Greta Garbo (Estocolmo, 18 de septiembre de 1905 – Nueva York, 15 de abril de 1990) fue una actriz sueca nacionalizada estadounidense que empezó su carrera en Suecia y Alemania.  Su primer papel protagonista lo obtuvo en la película muda de 1924 La saga de Gösta Berling, bajo la dirección de Mauritz Stiller. Al año siguiente fue contratada por los estudios Metro Goldwyn Mayer, razón por la cual a la brevedad se trasladó a Hollywood.
Interpretó veinticuatro dramas mudos convirtiéndose en una gran diva, alcanzando la fama internacional alrededor del mundo obteniendo celebridad por su expresión seria y melancólica.
Al llegar el sonoro la Metro tembló por el acento sueco de la actriz, pero su Anna Christie (1930) le otorgó su primera nominación al Oscar, que no obtuvo por cierto. Durante la década de 1930 fue dirigida por cineastas como Clarence Brown, George Fitzmaurice o Edmund Goulding, y actuó junto a algunos de los actores más importantes de aquellos tiempos como Robert Montgomery, Clark Gable, Melvyn Douglas y John Gilbert.
En 1939, ya quemada por tanta tragedia, Garbo intentó con gran éxito convertirse en una cómica. Junto al genial Ernst Lubitsch estrenó esta Ninotchka de la que hablamos en estas líneas. Envalentonada  por este fulgurante éxito repitió con La mujer de las dos caras, que fue un rotundo fracaso, e hizo pruebas para rodar un film en Technicolor que fue rechazado por la Metro. Tras este fracaso decidió retirarse del cine llevando una vida retirada hasta su muerte.

Ninotchka (1939) es todo un clásico de la comedia hollywoodense, dirigida por el genial Ernst Lubitsch (Berlín, 29 de enero de 1892-Los Ángeles, (U.S.A.) 30 de noviembre de 1947) con guion del próximo genio Billy Wilder (Sucha, Imperio austrohúngaro, 22 de junio de 1906–Hollywood, (U.S.A.), 27 de marzo de 2002).  Además de Garbo en el reparto nos encontramos a Felix Bressart (Eydtkuhnen, Prusia Este, Alemania, 2 de Marzo, 1892 – Los Ángeles (U.S.A.) 17 de Marzo, 1949), un actor judío alemán que huyó de la Alemania de Hitler y que vimos en películas de Lilian Harvey, El trío de la bencina, por ejemplo.  También aparece Bela Lugosi (Lugoj, Imperio austrohúngaro, entre el 20 de octubre y el 29 de octubre de 1882 – Los Ángeles (U.S.A.) 16 de agosto de 1956), el entrañable Drácula de la Universal.
No podemos olvidar a Sig Ruman (Siegfried Albon Rumann: Hamburgo, 11 de octubre de 1884 – Julián, 14 de febrero de 1967), famoso villano cómico de Ser o no ser (1942), otra obra maestra del gran Lubitsch, y de varias películas de los hermanos Marx.
La acción transcurre en París, una ciudad con fama de frívola por los estadounidenses, aunque nuestro Lubitsch es verdadero alemán. Tres enviados soviéticos viajan en una misión comercial pero deben acomodarse en una gran suite de un lujoso hotel, contradiciendo su ideología marxista.
No contaré más del argumento porque no quiero fastidiar a futuros espectadores de esta maravillosa cinta. Lubitsch hace gala de su famoso toque. Las secuencias picantes se suceden. Cuando aparece Greta Garbo se muestra fría, antipática incluso pero luego empieza a reír y se humaniza.
El retrato de los tres camaradas soviéticos y de Ninotchka, la comisaria rusa, es entrañable. Son seres puros, algo ingenuos y de muy buena fe. En cambio los personajes «capitalistas» son ruines e interesados.
El año 1939 fue duro para todo el mundo, dos años después la Unión Soviética fue invadida y arrasada por las tropas nazis con un saldo de 27 millones de soviéticos muertos. Por eso me parece injusta la crítica de esta película aunque no simpatizo con el mitificado régimen político.
En 1939 España empezó su dolorosa postguerra, Alemania estaba dominada por Hitler que empezó a invadir otros países iniciando la Segunda Guerra Mundial, Italia estaba dominada por Mussolini y Estados Unidos salía de la Gran Depresión  donde millones de estadounidenses vivían en la calle porque perdieron sus domicilios embargados por los bancos. Un país en tales circunstancias no tenía derecho a criticar a otro país que sólo intentaba sobrevivir.
Hecha esta observación, hablemos de Ninotchka, que fue objeto de un remake en Scope y Technicolor, La bella de Moscú (1957), como comedia y como obra de arte que es harina de otro costal. Una sutil crítica a una dictadura que coarta la libertad de sus ciudadanos.
Lubitsch sabe desarrollar todo su encanto en secuencias inolvidables. Greta Garbo, siempre encasillada en papeles melancólicos y tristes, aquí nos demuestra gran vivacidad. Es uno de sus mejores papeles y de sus mejores interpretaciones . Ya estaba en el ocaso de su carrera porque empezaba a madurar como mujer, la juventud se le iba por lo que decidió retirarse.
El genial cineasta se luce con toda su ironía, su sarcasmo. Recordemos aquella secuencia en que muestra la puerta de la habitación lujosa de los tres camaradas rusos. Oímos murmullos y risas. Entra una cigarrera que sale asustada y regresa al cabo de unos instantes con dos compañeras más.
Ninotchka es seducida por los lujos de París, reservadas a gente muy pudiente. No van a una pensión barata de gente sencilla. La película ironiza sobre una cierta hipocresía de los llamados bolcheviques que sucumben a los lujos cuando se les pone a su alcance. Pero siempre se muestra como una mujer ingenua, manipulada por el sistema en el cual vive, e inocente despertando la simpatía del público.
Estamos ante una gran comedia pero también debemos situarla en su tiempo. Actualmente el marxismo tiene poco crédito, la Unión Soviética desapareció y su ideología está muerta. En aquel tiempo se veía como una amenaza a la civilización de Occidente aunque la mayor catástrofe vino de otro gobierno de ideología distinta. La Historia avanza pero las películas quedan.
Ninotchka es actualmente una comedia agradable, simpática y risueña. Algo obsoleta quizás, pero conserva todo su encanto.


Ernst Lubitsch y Greta Garbo en una pausa del rodaje de Ninotchka.

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