El Navegante (1924)

BUSTER EN SU APOGEO

EL NAVEGANTE. Título original: The Navigator. Año: 1924. País: Estados Unidos. Dirección: Donald Crisp, Buster Keaton. Reparto: Buster Keaton (Rollo Treadway), Kathryn McGuire (Betsy O’Brien), Frederick Vroom (John O’Brien), Clarence Burton (un espía), H.N. Clugston (otro espía), Donald Crisp (el rostro en la imagen en el ojo de buey), Noble Johnson (el jefe caníbal). Guion: Jean Havez, Joseph Mitchell, Clyde Bruckman. Fotografía: Elgin Lessley, Byron Houck (B&W). Duración: 59 minutos. Buster Keaton Productions.

Cuando se estrenó El Navegante Buster Keaton estaba en la cúspide de su fama. Eran sus años dorados que se extendieron por todos los años veinte del siglo pasado. Estas películas ya centenarias sorprenden por su modernidad pese al paso del tiempo.
Keaton daba siempre lo mejor de sí mismo. Sus películas arrasaban en taquilla y se convirtió en un personaje muy popular.
Esta es tal vez una de sus mejores cintas aunque recuerdo que cuando se repuso hacia 1971 tenía otra banda sonora mucho mejor que la actual. ¿Qué se hizo de ella?
Su nuevo visionado me recuerda aquellas excursiones a Barcelona para verla en los antiguos (y desaparecidos) cines de Arte y Ensayo especializado en cine dificil. Recuerdo que entré en la sala del cine Alexis, estaba solo y cuando acabó la proyección tuve que salir para llamar al operador que estaba de charla con sus colegas. Tiempos heroicos de mi galopante cinefília que recuerdo con evidente nostalgia.

Nos encontramos con un millonario (Buster Keaton)  enamorado de la hija de otro millonario (Kathryn McGuire), decide casarse pero ésta le rechaza. Una serie de avatares les deja solos a bordo de un transatlántico a la deriva por un sabotaje. La pareja está sola, son dos pijos ricos que no saben hacer nada porque todo se lo han dado hecho.
Acostumbrados a disponer de múltiples servidores, se dan cuenta de que sin ellos no saben hacer nada.
La película es un festival de gags surrealistas y paradójicos. Al contrario de Chaplin, su gran amigo, que utilizaba un lumpen como Charlot,  Keaton se vale de un multimillonario en una situación extrema.
Los gags después fueron copiados en múltiples películas pero en este caso cuentan con la impagable personalidad del gran Buster.
Como codirector nos encontramos a Donald Crisp, posterior actor fordiano que recordamos como el patriarca de Qué verde era mi valle.

En las Historias de Cine, Buster Keaton y Charlie Chaplin rivalizan para definir al mejor actor cómico de la pantalla muda pero en realidad siempre fueron grandes amigos.
Debajo una visita del gran Charlie a los estudios de Buster. Chaplin los utilizó al principio de su carrera y al trasladarse a otros mayores se los vendió al cómico que nunca sonreía en pantalla.

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