La camarada Mary Poppins

ADIÓS, MARY POPPINS (1983)

ADIÓS, MARY POPPINS. Título original: Meri Poppins, do svidaniya. Año: 1983. País: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Director: Leonid Kvinikhidze. Reparto: Natalya Andrejchenko (Mary Poppins), Tatyana Voronina (voz cantante de Mary Poppins), Albert Filozov (Mr. Banks), Lembit Ulfsak (Robert Robertson, el poeta y compositor), Pavel Smeyan (voz cantante de Robert Robertson), Oleg Tabakov (Miss Andrew, principal antagonista), Larisa Udovichenko (Mrs. Banks), Filipp Rukavishnikov (Michael Banks), Anna Plisetskaya (Jane Banks), Irina Skobtseva (Miss Lark, la dueña del perro), Zinovi Gerdt (Almirante Boom), Marina Nudga (Madame Corry), Qali Abaydulov (Sire Louis), Semyon Sokolovsky (Sir Wilkins, El Señor de Edad), Igor Yasulovich (Smith guardián del parque), Pavel Babakov (carnicero), Leonid Kanevsky (Bob Goodetty), Yuri Moroz (Cartero), Ilya Rutberg (Oficial‬), Eduard Levin (Policia), Viktor Kārkliņš (Neleus el niño de mármol), Anatoli Gorokhov (voz sólo). Música compuesta por: Maksim Dunayevsky. Guión: Vladimir Valutskiy. Historia creada por: Pamela Lyndon Travers. Fecha de estreno inicial: 1983. Dos episodios.

Próximamente se estrenará El regreso de Mary Poppins (2018), secuela de una película rodada hace 54 años en los Estudios Disney de Burbank. No voy hablar aquí de estas dos cintas ya que tienen su espacio en Diario de Cine pero sí de un remake rodado en 1983 por la televisión soviética. Dos episodios que han sido olvidados por los comentaristas mundiales o que tal vez ignoren su existencia.
La exigente Pamela Lyndon Travers no quedó contenta con el clásico de Disney que a tanta gente gusta, se negó a que la productora continuara la saga y a que otras productoras estadounidenses se hicieran cargo del proyecto. Por esta razón la secuela ha tardado cincuenta y cuatro años en rodarse pero la famosa escritora cedió los derechos a una televisión rusa en la época soviética.
El resultado es muy extraño, muy curioso, y no exento de calidad. Naturalmente no tiene la magia de los Estudios Disney, pero no  por ello es un título rechazable que se puede ver y es agradable a la vista.

Natalya Andrejchenko (Moscú, Rusia, 3 de mayo de 1956), la actriz soviética, nos ofrece una Mary Poppins válida, más moderna que la que conocemos, pero con menos medios económicos por lo que el producto no es tan sólido. Tiene sus buenos momentos y es curiosa en muchos aspectos.  La actriz es de primera calidad,  protagonizó en 1978 Siberiada obteniendo gran prestigio internacional, y tiene gran categoría como Emily Blunt y Julie Andrews, ambas excelentes profesionales del mundo del espectáculo.
En Occidente y sobretodo en España tenemos una imagen folcklórica de la Unión Soviética y de su cine que no se corresponde con la realidad. No es cierto que sólo rodaran películas de  propaganda política  sino que los cineastas tocaban todos los géneros con total normalidad y no estaban obsesionados con el marxismo leninismo tal como nos cuentan. Las gentes que vivían en estos territorios son gente normal, como lo somos nosotros, y no estaban supeditados a las doctrinas oficiales.

Esta Mary Poppins es inferior, eso sí, a las producidas por Disney pero es por cuestiones económicas. Son producciones para televisión pobres de producción y trabajos precipitados.
Es un producto simpático con unos padres, los Banks, más jóvenes y simpáticos que los de la producción de 1964. Incluso bailan en una secuencia.
La mansión Banks es más sencilla. Mary Poppins es la única sirvienta que cocina y pone las mesas. En una secuencia baña a Jane y duerme en el mismo dormitorio de los niños. Robert, el cantante bohemio, es hermano de la madre y vive con los Banks.
La casa tiene televisión porque está ubicada muy cerca en el tiempo. Se trata de una Mary Poppins moderna.
Sin embargo al  tener unos padres adorables no hay conflicto por lo que no está justificada la intervención de la niñera mágica. Eso sí, los telefilmes son muy divertidos y tienen su gracia.
Adiós, Mary Poppins es un telefilme olvidado del que nadie se acuerda. Es lástima de su olvido y de que sea  desconocido en nuestros lares porque tiene su ligero atractivo. No es ninguna obra maestra ni lo pretende. Son dos telefilmes simpáticos y agradables de ver que no pasarán a la Historia del Cine.
Por mucho que bramara la escritora Pamela L. Travers, si no fuera por la película clásica su niñera mágica estaría olvidada y nadie la conocería. Pero cada cual es como es y sus motivos debería tener para reaccionar tan negativamente.

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