CINEASTA TODO TERRENO
Se nos ha ido Jorge Grau Solà (Barcelona; 27 de octubre de 1930-Madrid, 26 de diciembre de 2018), gran cineasta y amigo. Se le identifica con cierto cine de terror español por un par de películas que en su día gustaron a públicos de todo el mundo obteniendo gran prestigio en el género. Pero su carrera es mucho más importante que ese par de cintas ahora mitificadas mientras que el resto de su obra ha caído en un olvido injusto.
Empezó su carrera como ayudante de dirección. En su larga filmografía como tal fue ayudante de Sergio Leone en El coloso de Rodas (1961), rodada en Laredo (Cantabria), que fue el primer rodaje que vi en persona. Leone tuvo problemas con la producción y al cabo de cuatro semanas abandonó el rodaje que fue concluido por su ayudante, Jorge Grau, que debutó así en la dirección.
Grau no tardó mucho en dirigir. Le fue encargado un documental, Ocharcoaga (1961), para ser visionado por el Generalísimo Franco. Así tal como lo escribo. Ocharcoaga (en euskera y oficialmente Otxarkoaga) es un barrio de Bilbao en donde malvivían los emigrantes del resto de España que huían de la miseria.
Las autoridades crearon pisos de protección oficial para que residieran de forma más decorosa y dinamitaron las chabolas. Se encargo a Grau el rodaje del susodicho documental que fue visionado por Franco en su sala de cine de El Pardo. Disgustado por algunas imágenes el cineasta tuvo que volver a Bilbao para rodar imágenes más alegres.
En 2008 la Filmoteca Vasca y la Filmoteca Española, en colaboración con el Ayuntamiento de Bilbao, recuperan la cinta y la restauran.
Así Jorge Grau debuta oficialmente como director con Noche de verano (1962) con Francisco Rabal, María Cuadra y Gian Maria Volonté. Historia de varias parejas durante dos verbenas de Sant Joan (San Juan) en Barcelona. Este periodo de cine se ubica en la corriente Escuela de Barcelona del que se habló mucho en las revistas como Fotogramas pero no obtuvieron un gran éxito en taquilla.
Las películas sobre la tauromaquia son de gran tradición en España pero Grau rodó una contrapartida, El espontáneo (1964), centrada en la figura de un joven que pierde su empleo y trata de abrirse camino con las corridas de toros.
Acteón (1965) con Claudia Gravy es un ejemplo de cine experimental que tuvo una vida comercial algo marginal. Una historia de amor (1966) con Simón Andreu, Serena Vergano y Teresa Gimpera es un triángulo amoroso algo mal visto en la época.
Grau era visto como un cineasta moderno en una época en que el cine español estaba anquilosado. Sara Montiel, la estrella más famosa, quiso rodar con él Tuset Street (1968) pero descontenta del resultado le despidió y el film fue terminado por Luis Marquina.
El resultado fue un verdadero desastre pero Grau no se amilanó por el revés y continuó con Chicas de club (1972) con Teresa Gimpera y Fernando Rey. Unas chicas de bares de alterne nos cuentan sus vivencias y las circunstancias que las han llevado a vivir como viven.
En un viaje a los países del Este de Europa, Grau supo de la existencia de la condesa Bathory que asesinó a 600 doncellas y se bañó en su sangre para rejuvenecerse hasta que la denunciaron y fue emparedada viva. El cineasta barcelonés ofreció el proyecto a la Hammer que lo rechazó pero años después rodó un proyecto similar con Ingrid Pitt.
Aún así, Grau no se amilanó y rodó por fin Ceremonia sangrienta (1972) con Lucía Bosé, Spartaco Santoni, Ewa Aulin y Lola Gaos. La historia está centrada en una descendiente de la perversa condesa que repite sus criminales acciones.
Entonces estaba de moda el cine fantástico español aunque se calidad fuera muy baja, así que Grau destacó y se convirtió de la noche a la mañana en un cineasta de culto.
No profanar el sueño de los muertos (1974) se estrenó en el Festival de Sitges, en donde volví a coincidir con Grau. La película tuvo mucho éxito, gustó mucho, aunque le recriminaron su parecido con la película de George Romero La noche de los muertos vivientes.
A Grau se le alabó por su dominio de la técnica y su dirección de actores como Arthur Kennedy, Cristina Galbó, Jeannine Mestre, Ray Lovelock y José Lifante. Cristina Galbó obtuvo un premio de interpretación y asimismo los efectos especiales del film.
Grau parecía que se iba a encumbrar dentro del género pero un año después falleció el general Franco y la historia de España dio un nuevo giro que afectó al cine español y a la carrera de Jorge Grau.
Tras el atentado que costó la vida del presidente de gobierno Carrero Blanco y su sustitución por Arias Navarro, se inició el periodo de transición política llamada La Apertura con inicio de los primeros desnudos del cine español. En La trastienda (1975) Maria José Cantudo enseñó la zona púbica dando publicidad a la película que obtuvo un gran éxito comercial. Una historia de amor entre una enfermera y su médico, ya casado, con toda clase de problemas enmedio.
Los siguientes títulos de Grau tienen una línea similar: El secreto inconfesable de un chico bien (1975), La siesta (1976) y Cartas de amor de una monja (1978). Temas llamados eróticos que tuvieron su momento pero que han quedado relegados al olvido.
Tras un silencio de cuatro años llegó la nefasta Ley Miró y se estrenó en catalán y en castellano La leyenda del tambor (1982) coproducida con México. Mercedes Sampietro y Jorge Sanz, entonces un niño, son los protagonistas inspirados en la leyenda del tambor del Bruch. Un niño tamborillero tocó el tambor en una batalla contra las tropas de Napoleón Bonaparte resonando entre las montañas de Montserrat. Los franceses se creyeron que venía un gran ejército peroera en realidad un pequeño muchacho.
Un film sobre un episodio bélico catalán con nativos de espardenya y barretina. Algo que es raro de ver en nuestras pantallas y muestra de un buen cine histórico que es digno de nuestro interés.
Coto de caza (1983) con la genial Assumpta Serna es una película que debería ser rescatada del olvido. Una abogada buenista defiende a unos delincuentes violadores «víctimas de la sociedad» que pagan sus servicios con una dura violación… Un excelente thriller que interesó tiene sus puntos de interés y cuya acción no decae.
La carrera de Grau se ralentizó. La Ley Miró pesaba mucho y cierta clase de cine salió perjudicado.
Muñecas de trapo (1984), El extranger-oh! de la calle Cruz del Sur (1987), La puñalada (1990) y Tiempos mejores (1994) cierran su filmografía lamentablemente ignorada por las nuevas generaciones.
Quedan por reseñar sus modélicos libros: El actor y el cine, Jordi Grau. Confidencias de un director de cine descatalogado y Fellini desde Barcelona.
Hubiera merecido mayor reconocimiento pero vivimos en un país que odia la cultura y ama la ignorancia. Por eso funciona tan mal. Donde esté le envío un fuerte abrazo y un gran saludo. Adiós Jordi.